-¿Eres feliz?- preguntó mientras apartaba la vista del celular.
Había permanecido en silencio, haciendo zapping, sin preguntar mucho. Atendía algunas conversaciones virtuales -imagino que más interesantes que lo que ocurría en aquel cuarto de televisión-, veía la vida pasar desde el sillón.
- Sí, supongo que sí- dije mientras hacía a un lado mi móvil.- Lo que aprendí es que debo quitarme esa idea romántica de la felicidad como estado permanente; apreciar las pequeñas cosas, agradecer...tengo piernas, me puedo mover, hablar y una fuente ingresos. Supongo que soy feliz-.
Me miró de reojo, sin aprobar lo que dije.
Hace tiempo que está en ese hoyo pero antes su ánimo fluctuaba. Ahora es un constante abismo, un hoyo negro que consume pero no se alimenta. Todo le pasa de largo, no lo atraviesa nada.
He tenido un par de días con él, casi una vida juntos. Juntamos nuestras soledades para ver algunas series, cocinar y comer con la seguridad de que si nos atragantamos habrá alguien que llame a…
Había permanecido en silencio, haciendo zapping, sin preguntar mucho. Atendía algunas conversaciones virtuales -imagino que más interesantes que lo que ocurría en aquel cuarto de televisión-, veía la vida pasar desde el sillón.
- Sí, supongo que sí- dije mientras hacía a un lado mi móvil.- Lo que aprendí es que debo quitarme esa idea romántica de la felicidad como estado permanente; apreciar las pequeñas cosas, agradecer...tengo piernas, me puedo mover, hablar y una fuente ingresos. Supongo que soy feliz-.
Me miró de reojo, sin aprobar lo que dije.
Hace tiempo que está en ese hoyo pero antes su ánimo fluctuaba. Ahora es un constante abismo, un hoyo negro que consume pero no se alimenta. Todo le pasa de largo, no lo atraviesa nada.
He tenido un par de días con él, casi una vida juntos. Juntamos nuestras soledades para ver algunas series, cocinar y comer con la seguridad de que si nos atragantamos habrá alguien que llame a…